Delokos

Ingredientes

8 tiras de yuba seca – 200ml de caldo de verduras – 2 cucharadas de salsa de soja – 1 cucharada de mirin – 1 cucharada de aceite de sésamo tostado – 1 cucharadita de azúcar moreno – 100g de pipas de girasol – aceite vegetal para freír

Calentamos el caldo con la soja, el mirin y el aceite. Ponemos en él a remojo la yuba, y la dejamos por lo menos una hora. La escurrimos en un colador, reservando el líquido, y la cortamos en trozos suficientemente pequeños para servir de bocados.

Una vez bien escurrida, envolvemos la yuba en un paño fino de algodón, y la cocemos al vapor durante cinco minutos. Mientras tanto, hervimos el líquido de marinado hasta reducirlo a la mitad. Tostamos las pipas en una sartén seca.

Calentamos una sartén o wok con abundante aceite y freímos la yuba durante unos treinta segundos, hasta que tome un bonito color dorado. Escurrimos y volvemos al caldo, que tendremos hirviendo, y apagamos el fuego. Agregamos las pipas y dejamos reposar todo junto una media hora. Servimos templado.

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Esta es una receta budista tradicional china que, evidentemente, no lleva pollo. En ella podéis ver un  interesante ingrediente que hasta ahora no creo haberos presentado: la yuba.

Varitas de yuba deshidratada

La yuba también se conoce como piel de tofu, piel de soja o pollo de tofu. Se obtiene de la capa que recubre la leche de soja al hervirla, lo que equivaldría a la nata de la leche de vaca, que se retira, se procesa, bien estirándola o enrollándola y se seca.

Es un producto sabroso, con una textura muy firme y que permite obtener crujientes, si lo freímos hasta dorarlo, con lo que se asemeja a la piel de pollo frita, de ahí su nombre. En España la podéis encontrar en supermercados chinos, y es un producto relativamente barato. Se puede cocer, freír, o ambas cosas, como yo he hecho en este plato.

Lo que hoy os presento es una versión algo personal del pollo del Buddha, y se suele hacer con yuba fresca en láminas, que yo no he encontrado en España. Ésta se marina, estira por capas y se fríe en forma de pastel. Yo he empleado yuba en varitas, y la he tratado de una manera similar a la receta original. Algunas recetas la dejan crujiente, después de freírla, y otras lo remojan en caldo, con lo que queda blando. Yo he optado por la segunda opción, añadiendo además pipas de girasol y mirin , que son una aportación personal a la receta, que me parece le quedan muy bien. Por cierto, se suele servir como aperitivo.

Así que animaros a buscar la yuba por los supermercados orientales y probadla: seguro que os gustará la textura y el sabor, y es una opción más de proteína vegetal. Ahora me falta encontrarla de origen biológico, lo que aún no he conseguido.