Ingredientes
800g de champiñones grandes – 6 dientes de ajo – 2 guindillas – perejil fresco picado – aceite de oliva virgen extra – pimienta negra – sal
Cortar el final de los pies de los champiñones, y limpiar el sombrero con papel de cocina para eliminar los restos de tierra, nunca lavarlos. Una vez limpios, los cortamos en cuatro o seis trozos, dependiendo del tamaño. Reservamos.
Cortamos el ajo en láminas y picamos el perejil fresco. Pinchamos las guindillas a lo largo con un palillo, para encontrarlas una vez terminado el plato y poder así retirarlas.
Calentamos bien la sartén y añadimos los champiñones sin aceite, y los salteamos dos o tres minutos para que se sellen y doren ligeramente. Añadimos el aceite y el ajo, y continuamos salteando a fuego muy vivo dos o tres minutos más, para que queden hechos, pero jugosos.
Ponemos a punto de sal y pimienta, añadimos el prejil, damos unas vueltas, retiramos las guindillas y servimos inmediatamente.
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Una receta básica y clásica que siempre funciona. Me gusta cortar las setas en trozos grandes, para que queden doradas y jugosas, no en láminas, ya que en mi opinión quedan muy secos.
Cuando preparéis setas como el champiñón, que tienen muchísima agua, debéis comenzar salteándolas en seco, sin aceite, para sellar la superficie. Con este pequeño truco veréis que no sueltan líquido, ni llenan la sartén de agua, perdiendo textura y sabor. Podéis hacer lo mismo antes de incorporarlos a rehogados o salteados. Y cocinarlos siempre a fuego muy vivo. El resultado es excelente.
Podéis añadir cualquier otra hierba aromática en vez del perejil, para crear un plato diferente y menos clásico 🙂
Al hacer champiñones veo que hago dos errores, primero que los lavo con agua para quitar toda la tierra. Ya he leído en varios sitios que no hay que lavar las setas pues pierden sabor, limpiarlas con papel o con un trapo limpio.
Y lo segundo que hago mal es lo de saltearlos en seco para que no pierdan el agua.
Ya he aprendido dos trucos nuevos. Los pondré en práctica
gracias
Yo nunca lavo las setas, ni siquiera las silvestres, me parece que el agua las arruina. Es más trabajo, pero merece la pena. En mi experiencia, es más fácil usar papel de cocina 🙂
Me alegro de que los trucos te hayan servido. Ya contarás 🙂